Perteneciente a la colección de 8 pinturas, llamada: La huella que deja el tiempo, dedicada a mi abuela.
Esta colección nace de una obsesión por plasmar el paso del tiempo y la huella que deja en la piel: lienzo natural.
Mi misión era exagerar todo tipo de arrugas, cicatrices, heridas…es decir, hacer que las «imperfecciones» adoptaran una posición de belleza. Tan bella como las representaciones clásicas de Venus ( mujeres jóvenes de cánones perfectos), llevadas a la figura de mi abuela.
Utilizando poses y gestos muy recurrente en la historia de la pintura de estas Venus y representándolo con un canon de cuerpo y de edad totalmente opuesto.
Para mi fue sencillo, ya que la técnica del hiperrealismo siempre me ha fascinado y el hecho de que mi propia abuela fuera la protagonista , me hacia que pintara con mucho más cariño y delicadeza , todo ello con líneas muy difusas creando una atmosfera que capta el aire existente entre la modelo y mi mirada..
Utilizando luces muy contrastadas para poder registrar imperfecciones, sobre un lienzo de gran formato sobrepasando el tamaño real, buscando la monumentalidad de la modelo para poder elevarla mas fácilmente a un status superior.
Buscaba los detalles detallándolos mucho mas y sobre todo enfatizaba la mirada que siempre iba fuera del cuadro, hacia un punto de la nada o incapaz de ser divisado por el espectador.
Esta colección se han presentado a varios concursos, exposiciones, y fueron inaugurados en la Feria de Arte de Getxo, de ahí los artículos del periódico El Correo.
Uno de estos artículos , premiado en la Muestra de Artes Plásticas de La Rioja, tiene en su fotografía, el primer cuadro de esta colección que no esta entre los cuadros destacados en esta web